25 de marzo de 2009

INDIGNADO.

He oido y leido la noticia de las actividades que llevan a cabo nuestros legitimos representantes.
Estoy indignado. Es una vergüenza que diputados, que por ello ya cobran un buen sueldo, se dediquen a otras actividades, aún más lucrativas y encima no tengamos el derecho a saberlo.
Es escandaloso que solo una treintena trabajen en exclusiva en las tareas para las que les hemos elegido. Mejor dicho es loable que aún haya 33 que lo hagan, no se si por convicción o porque no tienen la posibilidad de actuar como sus iguales. Sería bueno conocerlos y saber sus motivaciones.
Ahora entiendo que haya tan poca asistencia a los plenarios del Congreso, se dedican a otros menesteres más lucrativos e interesantes para sus señorías. Pero, cuando votan y hacen leyes, ¿no estarán favoreciendo los intereses de esas corporaciones a las que pertenecen sin sonrojo?
Soy funcionario público y resulta que tengo unas incompatibilidades de tal calibre que me hace casi imposible poder complementar mis bajas retribuciones. Por lo que veo, ellos no tienen tanto problema.
Debemos movilizarnos para que el cargo de Diputado sea incompatible con cualquier otra actividad, que no sea la docencia, y siempre que no menoscabe su trabajo para el que les estamos pagando todos los ciudadanos.

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